El mundo de Jakob von Uexküll
Este autor nacido en Estonia, de familia alemana (pertenecía a lo que se llamaba "alemanes del Báltico"), perteneciente a la baja nobleza –era barón–, propuesto en dos ocasiones para el premio Nobel, resulta poco conocido para el público español. Hace más de setenta años que no se publica ninguna obra suya en España, aunque en los últimos años han aparecido dos traducciones en Argentina.
La literatura española sobre este biólogo es muy escasa. Aparte de algunas Tesis doctorales recientes, solo la obra de Benavides (1988) se ha interesado en este autor, que, sin embargo, fue leído, no solo por Ortega, sino también por Scheler, Heidegger, Plesnner, Merleau-Ponty y otros. En la obra de Hartmann hallamos diversos fragmentos en los que discute con él y lo mismo cabe decir de Plessner. Sin embargo, al defender posturas biológicas antidarwinistas –o quizás mejor, antineodarwinistas–, al mantener un halo vitalista y defender posiciones neokantianas de la Escuela de Heidelberg, su obra ha ido cayendo en el olvido, pese a que su teoría del Umwelt haya sido revalorizada por Lorentz, en el inicio de la etología y muy recientemente, la tesis del Dr. O. Castro, así como los trabajos de K. Kull, que lo ligan a la biosemiótica.
En este artículo me propongo esbozar algo de su vida y de su obra, centrándome en la teoría del Umwelt.
1. Vida de J. von Uexküll. El problema de la vida y el problema de la biología
Jakob von Uexküll nació en Keblaste, actualmente Mihklii, en Estonia el 8 de septiembre de 1864 (cfr. Castro 2009) y murió en la isla de Capi, Italia, el 25 de julio de 1944 (1).
Aunque durante su infancia vivió en la antigua ciudad de Reval, hoy Tallin, estudió durante dos años en Coburgo, Alemania, donde a la sazón residía su familia. En 1877 regresa juntamente con los diversos miembros de su familia a Reval. Entre 1884 y 1889 estudió zoología en la Universidad de Tartu, Estonia, especializándose en biología marina.
Merece notarse que nuestro autor, en los inicios de su carrera, fue seguidor de Darwin, rechazando las explicaciones simplistas de la teoría darwiniana, y especialmente quedó insatisfecho con las especulaciones neodarwinistas de uno de sus profesores, J. von Kennel, siendo esto uno de los motivos de su posterior rechazo del darwinismo.
Trabajó con Kühne (1889-1903) (famoso por haber acuñado el término "enzima" y por sus trabajos sobre neurofisiología muscular) en el Instituto de Fisiología de la Universidad de Heidelberg y en la Estación Zoológica de Nápoles –donde también trabajó Driesch aunque en fechas distintas– y posteriormente se trasladó a Heidelberg donde, en 1907, fue nombrado doctor honoris causa por sus trabajos en neurología muscular de los animales inferiores. En 1913 solicita la dirección del Kaiser Wilhelm Institute de biología, siendo rechazado por el voto de la mayoría de los biólogos del Instituto. En dos ocasiones, von Uexküll fue propuesto por el profesor Kestner de Hamburgo, para el premio Nobel (cfr. Castro 2009: 20), pero no lo obtuvo nunca. En 1917, a raíz de la Revolución Bolchevique, perdió todos los bienes que poseía en Estonia. Por lo que, cuando Kestner le ofreció un puesto en la Universidad de Hamburgo, lo tuvo que aceptar, ocupándolo en 1925 como "asistente científico", siendo nombrado en 1926 Honorarprofessor. Y fue en esta Universidad donde reconstruyó y reactivó el acuario del viejo Jardín Zoológico de Hamburgo, dañado durante la Gran Guerra y prácticamente abandonado durante el posterior periodo de hiperinflación. En dicho acuario construyó su laboratorio (cfr. Castro 2009: 20), creando, en 1926, el Institut für Umweltforschung (Instituto para la investigaciones del mundo circundante) (2). Fue el primer trabajo retribuido que desempeñó llegándole a la edad de sesenta años. Allí estudió el comportamiento de los organismos vivos y sus interacciones con su medio ambiente.
Los últimos años de su vida los pasó, junto con su esposa, retirado en su villa de Capri realizando amplios paseos por esta isla acompañados por sus amigos, especialmente por la familia de Axel Munthe (3).
Su aportación más importante fue la del concepto de Umwelt que presentó en 1909 en el libro Umwelt und Innerwelt der Tiere. Fue un luchador constante frente a Darwin y defensor de la Nueva Biología y, desde el punto de vista de la controversia entre mecanicistas y vitalistas, se inscribe entre estos últimos, pese a que él no se consideró nunca un vitalista, pues no fue un científico que recurriese a "factores invisibles".
Antes de iniciar el estudio de su pensamiento, importa señalar que sus ideas evolucionaron a lo largo del tiempo por lo que hay diferencias relevantes sobre sus puntos de vista en distintos momentos de su vida. Dado que de su pensamiento nos interesa solo un determinado periodo me centraré en su obra entre 1909 a 1930.
Tras este breve esbozo biográfico, teniendo en cuenta que el autor es un biólogo (zoólogo) nos debemos plantear dos problemas fundamentales referidos a su ciencia. Estos son: ¿qué considera que es la vida? Y a su vez ¿qué considera que estudia la biología? En su obra de 1930 titulada Lebenslehre (teoría de la vida) dice que la palabra biología se presta a errores, ya que se supone que debe tratarse del estudio de la vida. Pero ¿qué sabemos de ella? Sabemos lo mismo que de la gravedad de la cual lo ignoramos todo y añade: "Lo mismo sucede con la vida. No sabemos nada de ella. Nuestro conocimiento se limita a algunas particularidades relativas a los seres vivos" (Uexküll 1944: 9).
Esta idea que expresa en una obra tardía es una constante en toda su obra. Ortega que debió leer Ideas para una concepción biológica del mundo (Uexküll 1913) ya debió encontrar en ella una declaración similar. Allí nos dice "que por biología no se entiende la ciencia de la vida (4), pues lo que es la vida no lo sabe ninguno de nosotros" (Uexküll 1913: 48).
Como sea que la biología no estudia la vida ya que no sabemos nada de ella, debemos preguntarnos qué estudia la biología, cuál es su objeto de la biología. Antes de responder esto, importa señalar que von Uexküll continúa la biología decimonónica la cual se hallaba inscrita entre dos polos: mecanicismo y vitalismo. El primero renuncia a discutir la naturaleza de la vida, mientras el segundo la considera un término radical e irreductible. En consecuencia, von Uexküll, cuando dice que "hay un disciplina de lo viviente que plantea como problema de investigación las leyes que diferencian lo viviente de lo no viviente" (Uexküll 1913: 48) parece vincularse a la corriente vitalista. Y efectivamente, a lo largo de toda su obra existe una constante confrontación con el mecanicismo. Sin embargo, inscribirlo en el Vitalismo no es tan sencillo. El mismo indica que si se adopta una posición vitalista, nunca se podrá obtener una idea intuitiva del funcionamiento de los órganos centrales de los organismos vivos (Uexküll 1913: 16). Sin embargo, unas páginas más tarde, dice que los factores materiales no son suficientes para explicar la vida (Uexküll 1913: 34).
Poco antes da otra descripción de lo que debe ser entendido por biología: Investigación de cada una de las funciones para llegar a conocer el plan según la cual diversas funciones de las partes concurren a la función de conjunto del todo, esto es, el plan estructural del organismo (Bauplan) (cfr. Uexküll 1913: 12). Con ello obtenemos una biología basada fundamentalmente en la morfología por encima de una biología fisiológica, la cual trata de explicar las funciones de los organismos, no su estructura. La biología de Uexküll es una biología estática, frente a la biología dinámica de Driesch, ejemplo de biólogo vitalista, que estudia la morfogénesis, es decir, el desarrollo embrionario en cuanto que es, a través de dicho proceso, como se forman las estructuras morfológicas. Su punto de vista estático lo manifiesta al hablar de la finalidad estática (Uexküll 1913: 30-31), que parte de formas definidas y de sus funciones, pues el funcionamiento ha de ser conforme con el plan estructural (5).
Pero ¿qué debemos entender por organismo, sujeto y portador de vida? Para von Uexküll los organismos se diferencian de los productos inorgánicos por poseer un "plan funcional" (6), sus diversas partes están ordenadas según un plan que facilita la función de todo el organismo (Uexküll 1913: 49). Tal definición está en la línea de Kant, el cual dice que "un producto organizado de la naturaleza es aquel en el cual todo es fin, y, recíprocamente, también medio" (Kant 1991: 348).
2. La teoría de la Umwelt
El concepto de Umwelt es introducido en 1909 en su obra Umwelt und Innerwlt der Tiere, aunque ya lo había expuesto en trabajos anteriores, y, de acuerdo con Castro (2009), en 1910 publicó Der Umwelt donde desarrolla la idea de que los seres vivos perciben un mundo circundante, que está determinado de forma kantiana, a las condiciones de posibilidad de su mundo interno (Innerwelt). En 1913 publicó Ideas para una concepción biológica del mundo. En este libro, obra de divulgación científica culta, cuyo texto está constituido por múltiples ensayos diferentes por lo que presenta un carácter repetitivo, Uexküll ofrece una completa visión de la Umwelt por lo que es el texto que seguiré, añadiendo algunas notas de otras obras.
En su obra de 1909 dice que el Umwelt es solo aquella parte del entorno que actúa sobre la substancia excitable del cuerpo del animal (Uexküll 1909: 249). Todos y cada uno de los organismos que existen poseen su propia Umwelt o "mundo circundante" que el traductor de la edición española del Bausteine llama, en nota a pie de página, "panorama" o "contorno", aunque creo más propio hablar de "mundo circundante", pues como aclara el autor en una nota a pie de la página 52, en su obra de 1909 mundo circundante equivale a "alrededor del animal" (7), lo que tiene una connotación más íntima y muestra una relación biunívoca mayor que "panorama" o que "entorno". Como sea que el término se popularizó y se usó como equivalente a milieu, von Uexküll introdujo matices importantes.
Indica, pues, que existe un "mundo perceptivo" o Merckwelt, indicando con ello "que para cada animal hay un mundo especial, que se compone de las notas distintivas recogidas por él del mundo exterior" (Uexküll 1913: 52-53).
Hay que aclarar, antes de continuar, qué entiende por "notas". Para este autor son los estímulos enviados por las cualidades de los objetos y son captadas por los órganos de los sentidos del animal. En consecuencia, el mundo perceptivo (8) formado por los estímulos perceptivos captados por el animal, los cuales proceden de los objetos situados en su proximidad. Este punto es muy importante puesto que es el que justifica la "metafísica" del autor.
Este "mundo circundante" es creado por el propio animal, así lo dice el autor: "Cada organismo, conforme a su estructura, solo entra en relación con una parte muy pequeña del mundo exterior. Cada ser vivo, mediante estas relaciones, se crea un mundo circundante, único propio para él, en el que se desenvuelve su vida" (Uexküll 1913: 7).
Para von Uexküll los organismos vivos, los animales especialmente, se relacionan con el mundo exterior merced a unas estructuras que denomina receptores. Los receptores son estructuras capaces de captar ciertos estímulos y transformarlos en impulsos nerviosos. Tales receptores son los órganos de los sentidos de cada animal y cada uno de los órganos de los sentidos de cada animal realiza una recolección característica suya del total de los estímulos del mundo (Uexküll 1913: 113-115). De acuerdo con la estructura de cada receptor, éste puede captar ciertos estímulos dejando otros que, aunque presentes, no le afectan. Ello conduce a concebir cada receptor como un órgano que realiza tres funciones: (1) Es estimulado por alguna de las notas que le llegan; (2) análisis de los estímulos para determinar cuáles capta y cuales rechaza; (3) trasformación del estímulo producido por las notas sensibles que le convienen en corriente nerviosa (Uexküll 1909: 248-252). De esta manera el receptor es el órgano inicial del gran órgano procesador de información, que es el viviente.
Un ejemplo nos puede hacer entender lo que nos dice von Uexküll. A los seres humanos nos llegan gran número de radiaciones electromagnéticas de diferentes longitudes de onda, sin embargo nuestra retina puede reaccionar frente a radiaciones cuya longitudes de onda esté entre 400 y 700 nm, todo lo que queda por debajo de este límite es conocido como ultravioleta y no induce reacción en nuestra retina, lo mismo que las radiaciones infrarrojas, con longitudes de onda superiores a 700 nm. Con todo hay humanos capaces de tener un espectro más amplio, entre 380 y 780 nm: Para ellos, el mundo es diferente del mundo de los que poseen un espectro visible más estrecho. Hay animales que carecen de estructuras retinianas que les permitan captar determinadas longitudes de onda y animales que no poseen visión cromática pues, aunque capten las longitudes de onda adecuadas, carecen de las células pigmentarias de la retina, por lo que carecen de visión del color; para ellos el mundo no posee colores. Ello nos permite comprender mejor la propuesta de nuestro biólogo: "La suma de estímulos forma el mundo circundante del animal" (Uexküll 1913: 31).
Hasta ahora hemos considerado el animal con su mundo circundante, mundo en el que vive, lo hemos considerado como un ser pasivo que recibe estímulos y que de acuerdo con la estructura de los receptores acepta algunos y rechaza otros, pero ¿qué consecuencias tiene esta captación de estímulos? De entrada podemos decir que los estímulos captados constituyen su mundo circundante, el mundo en el que viven. De esta manera, cada organismo, conforme a su estructura, solo entra en relación con una pequeña parte del mundo exterior, al cual está perfectamente adaptado. Ello implica que no hay un único espacio en el que los vivientes interactúan: cada viviente tiene su propio mundo, mundo que, en ocasiones, intersecciona con el mundo de otro viviente, permitiendo la interacción entre ambos vivientes. "La suma de estos estímulos forma el mundo circundante del animal: cada animal vive en un mundo específicamente dispuesto para él que concierta con su especie de estructura y solo es capaz de presentarle los problemas adecuados" (Uexküll 1913: 31). En términos orteguianos, el animal está "centrado" en su mundo.
Por lo tanto, el mundo circundante, construido por cada animal, solo depende de los órganos de los sentidos y del sistema nervioso (Uexküll 1913: 52-53). Pero ¿cuál es la importancia del sistema nervioso? Si el mundo es consecuencia de los estímulos que captan los receptores de acuerdo con sus estructuras, el estímulo se trasforma en corriente nerviosa y va a generar unas respuestas. Vamos a ver el organismo en actividad.
El organismo solo actúa como respuesta a los estímulos del mundo, su "mundo perceptivo" (Merckwelt) debe ser completado con su "mundo de los efectos" (Wirkungwelt) que "abarca aquellos objetos a los cuales está acomodados los instrumentos de comer y moverse el animal" (Uexküll 1913: 53).
En estas condiciones el "mundo circundante" se compone del "mundo perceptivo" y del "mundo de los efectos" aunque von Uexküll advierte que "debe darse cuenta en seguida de que de los dos juntos no resulta ninguna unidad, sino que para ello es imprescindiblemente necesario el organismo del animal (9), que es el que crea la dependencia entre ambos mundos" (Uexküll 1913: 53).
La conclusión es obvia: no existen mundos circundantes sin su animal que lo habita y crea y no existen animales sin su mundo circundante: ambos, animal y mundo circundante (mundo de la percepción y mundo de la efectividad) crean una unidad. Y ello nos explica el rechazo de von Uexküll al darwinismo: no hay un espacio único donde viven y compiten todos los vivientes y dado que cada animal está totalmente adaptado a su medio y encerrado en él, no existe lucha por la vida ni existe evolución. De hecho, el autor utiliza el término "evolución" en su acepción de principios del siglo XIX, la cual significaba desarrollo embrionario (10).
El animal necesita crearse un mundo circundante y necesita conocerlo, conocer las notas sensoriales que le afectan. La construcción del mundo circundante la hace con la ayuda de los esquemas de espacio, y en animales superiores, con dichos esquemas y los de forma y de tiempo (más abajo hablaré de dicho esquematismo). Una consecuencia importante es que cada animal vive en su propio espacio-tiempo, o dicho de otra manera, no hay un solo espacio y un único tiempo. Además cada animal ve el mundo desde su propia perspectiva (11).
¿Le afecta todo lo dicho al hombre? (12). La respuesta es categórica: la doctrina del mundo circundante afecta a todos los vivientes, desde la ameba al hombre (cfr. Uexküll 1913: 55). Por lo tanto cada hombre vive en su mundo circundante (13), mundo creado por nuestro sistema nervioso central (14): "La suposición de que todos los hombres vivimos en el mismo mundo es fuente inagotable de errores" (Uexküll 1913: 220). Esta última cita nos muestra el potencial filosófico de la obra de Jakob von Uexküll (15).
3. Von Uexküll y Scheler
Rodríguez Dupla (2012: 97-115) tomando como referencia la primera cita de este apartado indica que la vida, al igual que las demás esencias genuinas, es irreductible, siendo, sin embargo, un dato accesible a la intuición fenomenológica, según Scheler, lo que nos permite una descripción y –como dice Rodríguez Dupla– caracterizar las leyes universales a las que está sometida. Pintor Ramos (1961: 45) insiste en que para Scheler la vida es un fenómeno original e irreductible a cualquier otra complicación del mundo inorgánico. Ahora bien, si la vida es irreductible a cualquier relación con el mundo inorgánico, no puede estar regida por las mismas leyes que dicho mundo y, en consecuencia, la biología mecanicista no puede explicar el fenómeno vital, lo que nos obliga, a considerar que Scheler adopta, respecto al fenómeno "vida" una posición vitalista (16). Ello nos plantea un primer problema: ¿Hemos de considerar la filosofía de Scheler como una filosofía vitalista?
El problema es básico ya que, teniendo en cuenta el conjunto de su obra, no creo que nadie pueda afirmar que Scheler fue un filósofo vitalista, sin embargo, desde la perspectiva que ahora adoptamos, parece que entramos en contradicción con tal aseveración. Este problema es, realmente, un pseudoproblema pues, en el vitalismo existen dos niveles: el vitalismo biológico y el vitalismo filosófico y creo que Scheler, a nivel biológico, adopta una postura claramente vitalista, mientras que su filosofía no lo es (17).
Para explorar esta solución voy a seguir la caracterización de ambos vitalismos que realiza Pintor Ramos (18). Conforme a lo expuesto en la última nota a pie de página podemos afirmar que, desde un punto filosófico, Scheler no puede ser considerado un filósofo vitalista, puesto que (a) no es irracionalista; (b) no es relativista; (c) no se opone a la cultura occidental, al contrario hace uso de ella y (d) en su filosofía razón y vida van parejas, no son antagónicas. En cambio, desde un punto de vista biológico, considera el fenómeno "vida" como el fenómeno central, realidad última de la biología, irreductible a las leyes de la física y de la química.
Si Scheler lee la vida como una realidad radical, de manera que sea una esencia y no un concepto obtenido por abstracción de la observación empírica de los organismos (cfr. Scheler 1943: 256), entonces, este filósofo, se ve justificado para intentar la fundamentación fenomenológica de la biología, tal como nos proponía en Los ídolos del conocimiento de sí mismo donde escribe: "Tengo la intención de abundar en un aspecto suyo importante para la fundamentación de la biología en un trabajo de próxima aparición sobre los fundamentos de la biología" (la cursiva es mía) (Scheler 1943: 43). El texto nos hace pensar que tal era su objetivo en algún momento entre 1911 y 1914.
3.1. La influencia de von Uexküll en Scheler
Hay constancia de que Scheler conocía y había leído Umwelt und Innerwelt der Tiere. Así, en Esencia y formas de simpatía escribe: "La unificación afectiva tiene lugar siempre en el ‘mundo interior y mundo circundante’ del organismo. de los que el mundo interior debe inferirse del mundo circundante, como ha mostrado ya Uexküll" (Scheler 1943: 190, nota 31).
El estudio de la relación entre Scheler y Uexküll podría centrarse en el rechazo al mecanicismo, su profundo antidarwinismo (Brentan 2015: 177), sin embargo, me centrare solamente en la relación del hombre con su medio, pues es el aspecto que me interesa para el desarrollo de este estudio.
En El formalismo en la ética desarrolla mucho más que en Esencia y formas de simpatía la relación del organismo y el medio. Para Scheler la unidad de los vivientes es el organismo y su medio, tal que la relación entre ambos constituye la esencia del proceso vital. Todo lo que el organismo –incluido el hombre (19)– puede percibir está incluido (es) en su medio (20). Así en El formalismo podemos leer: "El medio no es la suma de lo que percibimos sensorialmente, sino que, por el contrario, es lo que ya pertenece al medio lo único que podemos percibir por medio de los sentidos" (Scheler 2000: 226). Aunque lo que nos dice puede sonar a las ideas de Uexküll, de tal forma que parece estar hablando del "mundo de los estímulos" que el biólogo define: "para cada animal hay un mundo especial, que se compone de las notas distintivas recogidas por él del mundo exterior" (Uexküll 1913: 53). En realidad la propuesta de Scheler es significativamente diferente. Creo que la diferencia estriba en que para el biólogo el "mundo de los estímulos" es una construcción del viviente, construcción que se realiza con las notas (percepciones para Scheler) que percibe, esto es, tal mundo es la suma de las notas percibidas, cosa explícitamente rechazada por Scheler (21), el cual matiza: "La totalidad o todo unitario del mundo vivido por un ser vivo como operando sobre él (…), forma el ‘contorno’ de ese ser" (Scheler 2000: 233).
Existe, como en Uexküll, una total correlación entre el organismo y su medio. Así puede escribir: "Por lo tanto, la biología científica en general –y la fisiología en especial–, para tener fundamentos exactos ha de partir siempre de la relación básica del organismo con su contorno" (Scheler 2000: 233). Y añade que esta relación constituye la esencia del proceso vital. Ello nos obliga a preguntarnos en qué consiste, para Scheler, el proceso vital y este autor responde que es una relación de carácter homeostático entre el viviente y su contorno: "Este [el proceso vital] consiste en las variaciones dinámicas las (cuales) condiciona lo mismo las variaciones del organismo que las (variaciones) del medio" (Scheler 2000: 233). Estas variaciones están siempre condicionadas de forma simultánea por las modificaciones que sufre el organismo y el medio. Como podemos comprender, estamos en la estela de von Uexküll y, si es cierto, como indica Morón o Marías, que Scheler solo nombra al biólogo una vez en El formalismo, en una nota a pie de página (Scheler 2000: 235), también es cierto que Scheler sigue lo que Uexküll había expuesto en Umwelt und Innerwelt der Tiere y esta misma concepción está implícita también en Esencia y formas de simpatía, como lo demuestra la nota que antes he citado.
El organismo no se adapta a su contorno, al contrario el contorno se adapta al organismo y éste se adapta a aquél, como variables del proceso vital. Tal concepción, como es natural, le lleva a oponerse al darwinismo (cfr. Scheler 2000: 234). No es posible considerar que el organismo se adapta al medio, pues. Como hemos visto, el proceso vital es una variación simultánea de ambos. Además no hay un espacio vital único: El darwinismo trata de situar en el "medio" humano el desarrollo de toda la vida, sin considerar que cada viviente posee su medio. Son argumentos, como ya hemos visto en el apartado anterior, procedentes de Uexküll.
4. Plessner y Cassirer
Además de la posible influencia en Ortega que discutiré en otro artículo, cabe señalar la influencia que pudo tener en Scheler, de la que acabo de hablar, o en Cassirer –con el que coincidió en Heidelberg– el cual dedica un capítulo a este autor en su Antropología filosófica (Cassirer 2012: 45-49), en Agamben (2010: 55-64), o, en Hartmann e incluso en autores no alemanes como Ortega o Deleuze o incluso en Merleau-Ponty aunque donde se detecta una influencia mayor es en Heidegger.
Antes de comentar la influencia sobre Heidegger desearía hablar de la que pudo tener sobre Plessner (cfr. Brentan 2015: 181; también Duch 2007), autor que también pudo influir en Ortega. El filósofo alemán estudió zoología, entre 1910 y 1913, en Heidelberg bajo la dirección de Driesch y pudo encontrarse personalmente con Uexküll, al que pudo conocer en persona y al que leyó cuidadosamente, por lo menos el Umwelt und Innerwelt der Tiere (22). De acuerdo con Brentan, Plessner escribió "'organización' como Uexküll señala se refiere a la unión de elementos de diferente naturaleza siguiendo un plan unitario de acción común (...) Organización es el camino seguido por el cuerpo vivo, el cual necesita distinguirse de sí mismo" (Brentan 2015: 182). En el texto vemos claramente tanto la referencia a Uexküll como a "conformidad a plan" y a la propia caracterización del biólogo de lo que debe ser considerado un organismo vivo. Para Plessner la caracterización principal de todos los seres vivientes es la relación-ejecución de la relación con su ambiente-circundante (Umwelt), definiéndolos también, como seres posicionales, concepto clave en su antropología (cfr. Menegazzi 2010). También en su noción de "centro" bebe de Uexküll (cfr. Blanco 2013).
5. La temprana influencia de Uexküll en Heidegger
Otro autor fundamental en el que Uexküll muestra una marcada influencia, es Heidegger. En 1925 dicta una serie de conferencias en Kasel, donde, con facilidad, rastreamos la interpretación del tema del Umwelt. En ellas, dice: "la vida y su mundo no son nunca dos cosas contrapuestas, como dos sillas colocadas una junto a la otra, sino que la vida ’tiene’ su mundo. Este tipo de conocimiento también empieza a abrirse paso en la biología" (Heidegger 2009: 72). Y sigue: "Pero aquí se pasa por alto lo esencial si no se tiene en cuenta que el animal tiene un mundo" (Heidegger 2009: 73). Este mundo, que será constituyente de ser-en-el-mundo parece proceder de Uexküll, y así dice Heidegger: "Todo ser viviente tiene su mundo ambiente no como algo que está presente junto a él, sino como algo que para él está ahí abierto, descubierto" (Heidegger 2009: 72). Vida y mundo unidos, según expone la biología, la Nueva Biología de von Uexküll.
Creo que con los textos citados sugieren que Heidegger había leído a Uexküll ya en 1925. En El ser y el tiempo, el Umwelt designa el mundo de la cotidianidad que debe ser contrapuesto al mundo auténtico (Romano 2013: 261), es decir, hay una contraposición entre el mundo del viviente, el mundo propio y exclusivo de cada uno de nosotros –el "mundo circundante"– con respecto al mundo auténtico (Welt als Welt) que se manifiesta por la angustia.
En el año 1929/1930 dicta Heidegger una serie de lecciones que se publicaron en 1983 y en ellas abordó su concepción del animal y del hombre, dialogando con von Uexküll. En ellas, pretende considerar al hombre como un ser desligado de la animalidad. Para ello expresa la tesis: "La piedra es sin mundo, el animal es pobre en mundo, el hombre es formador de mundo" (citado en Agamben 2010: 67). Teniendo en cuenta que el animal se caracteriza por la pobreza de su mundo mientras el hombre se caracteriza por ser formador de mundos, debe rechazar la definición de hombre como animal racional (23). Para Heidegger, el hombre no es un animal; el animal está atrapado en su Umwelt, atrapado en las notas que le llegan de ella, sin llegar a conocer los objetos en sí que producen esas notas (24) –coincidiendo con lo que expresa repetidamente Uexküll en Bausteine. El ambiente (mundo) del animal no es el ambiente humano (Romano 2013: 257), afirmación que, sin duda, firmaría von Uexküll, ello es lo que trata de mostrar Heidegger (25).
No voy a insistir en este momento en el pensamiento de Heidegger, tan solo voy a indicar algunos puntos que nos ayuden a ver la influencia de nuestro biólogo en este filósofo.
Como indica Agamben (2010: 67), para Heidegger las investigaciones de von Uexküll son las investigaciones más importantes realizadas en la biología a inicios de siglo, y Romano dice que Heidegger escribe a este respecto que son "las más fructíferas que la filosofía puede obtener de la biología dominante hoy". Y también señala: "la extraordinaria seguridad (…) y la amplitud de sus observaciones y sus descripciones tan adecuadas" (Romano 2013: 267).
El propio Romano nos presenta un texto de Heidegger que, en mi opinión, se relaciona claramente con Uexküll sin necesidad de citarlo explícitamente: "La propuesta ónticamente trivial: ’tener un entorno’ pone un problema ontológico" (Romano 2013: 259).
Si recordamos que von Uexküll ha dicho que el Umwelt del hombre es solo una parte de la realidad, podemos ver un reflejo en este texto de Heidegger: "Al contrario, la vida es un dominio que tiene una riqueza de abertura tal que el mundo humano no la conoce quizás en su totalidad" (citado por Romano 2013: 264).
Sin embargo, las diferencias son muy importantes, pues, mientras Uexküll incluye al hombre en el reino animal, Heidegger lo desgaja de tal reino, lo separa radicalmente del mundo animal. Por ello puede escribir: "Pero ninguna actividad ni ninguna excitabilidad de la planta o el animal, pueden llevar nunca al viviente a lo libre de una manera tal que lo excitado pueda en algún caso dejar al excitante, por no hablar de aquello que es anterior a la excitación y sin la excitación" (citado por Agamben 2010: 77).
Realmente Uexküll estaría dispuesto a subscribir estas ideas si no fuera porque ellas se refieren a plantas y animales no a los seres humanos, esto es, marca una diferencia radical entre el animal y el hombre, en oposición al propio von Uexküll. El animal se relaciona con los "portadores de significado", dice Heidegger, con aturdimiento y en tanto que está esencialmente aturdido y totalmente absorto con su "portador de significado" en este sentido el animal no puede tener una conducta (Heidegger 2009: 68), solo puede obrar en respuesta a los estímulos que proceden del mundo: Pendiente de la respuesta –empleando el lenguaje de von Uexküll– generada como respuesta a una excitación, de la cual conoce las notas, pero no conoce el origen, no puede constatar lo que tiene ante sí.
En estas líneas solo he pretendido poner de relieve que, al menos desde 1925 en las Conferencias de Kassel, Heidegger recibió la influencia de nuestro biólogo, discute y dialoga con él, pese a sustentar ideas progresivamente diferentes. Mi propósito ha sido solo indicar algunas de la influencias de von Uexküll en el mundo filosófico alemán y me he querido extender algo más en Heidegger por su importancia y su vigencia actual.
Conclusión
Jakob von Uexküll fue un biólogo destacado al principio del siglo XX y sus trabajos realizados, a partir de 1926 en su Instituto de Hamburgo, han sido la base de nuevos desarrollos científicos, como la etología o la biosemiótica.
Sin embargo, en el mundo filosófico –especialmente en España– es prácticamente desconocido, probablemente porque sus obras no se han editado en los últimos setenta años. probablemente porque la biología ha seguido caminos diferentes a sus propuestas o porque su filosofía neokantiana murió hace más de un siglo. Sin embargo, en ambientes científicos está siendo revalorizado como padre de las ramas citadas de la biología.
En el primer tercio del siglo XX, su biología ejerció una notable influencia en filósofos alemanes, principalmente de la escuela fenomenológica y, como espero mostrar en otro trabajo, en Ortega y Gasset. Por ello resulta sorprendente el escaso conocimiento de este autor en nuestro mundo filosófico. Es probable que su propia filosofía no fuera de gran valor, pero es indudable que su biología ejerció una notable influencia en importantes filósofos alemanes.
1. Pese a nacer en Estonia, su familia era alemana, concretamente una familia aristocrática de los alemanes del Báltico, descendientes de los asentamientos germánicos que se había iniciado en el siglo XII hasta el siglo XV (Ostsedlung). Con todo, en el momento del nacimiento de nuestro biólogo, Estonia pertenecía al imperio zarista, por lo que von Uexküll tuvo que solicitar en 1918 la nacionalidad alemana, tras perder los bienes que poseía en Estonia a raíz de la Revolución rusa. Es curioso que actualmente sea en Estonia donde se realizan los mayores estudios sobre su obra.
2. En 1863, se creó el Jardín Zoológico de Hamburgo y un año después se creó el acuario. El Jardín Zoológico y sus instalaciones fueron abandonados tras sufrir importantes daños en el curso de la Gran Guerra, siendo imposible su reconstrucción ya que, durante la República de Weimar, se produjo una importante carestía unida a una hiperinflación económica, lo que condujo a que no pudiese ser reabierto. A principios de los años veinte se creó un nuevo Jardín Zoológico, por lo que unido a las razones económicas indicadas, el viejo Jardín Zoológico no pudo competir. Al cerrarlo se mantuvieron algunas instalaciones, entre ellas el acuario. Por sugerencia de Cohnheim se encargó a von Uexküll la reconstrucción de la mencionada instalación, lo que le dio la oportunidad de crear en estas instalaciones, el Instituto de medio ambiente animal (cfr. Castro 2009: 20).
3. Axel Munthe se hizo famoso con su obra La historia de San Michel.
4. De acuerdo con G. Agamben (2010: 25), en la cultura occidental no se define nunca la vida. Este autor dice que la vida parece ser lo que no se puede definir, sólo es posible describirla y vivirla. La descripción se suele hacer tal como lo hizo Aristóteles, esto es descomponiéndola en potencias (tal como se puede leer en Del alma). Sin embargo, D. Moya indica que Kant fue uno de los primeros en dar una definición de vida, diciendo: "La vida es la facultad de una substancia de determinarse por sí misma a partir de un principio interno" (Moya 2008: 106). (El texto procede de Principios metafísicos de la ciencia de la naturaleza, según indica el autor.) Es, dice Moya, la fuerza interna que, a diferencia de los simples agregados mecánicos, confiere autoorganización a un cuerpo. En la misma nota plantea la dificultad que tuvo Locke en obtener una definición de vida. Llama la atención que von Uexküll, pese a estar influido por Kant y a su insistencia en la organización, es decir, del plan funcional, no acepte esta definición de vida.
5. En mi opinión, von Uexküll realiza un esfuerzo para superar la dicotomía mecanicismo/vitalismo y lo hace con sus conceptos de "plan funcional" y de "plan de organización", que discutiré más tarde.
6. Aunque la aportación más conocida de von Uexküll sea la noción de Umwelt, el "plan", sea el "plan funcional" o "el plan de organización" es el verdadero concepto fundamental de su biología.
7. En este sentido es interesante hacer referencia a Heidegger que en sus conferencias de Kassel, 1925, dice: "Todo viviente tiene su mundo ambiente (…). Este mundo puede ser muy simple (para un animal primitivo)". E indica que la vida y el ambiente no son dos cosas yuxtapuestas, sino que la vida "tiene su mundo". Y nosotros también estamos siempre en un mundo (cfr. Heidegger 2009: 72-73). Lo que me interesa resaltar es que habitualmente se habla de la influencia de von Uexküll sobre Heidegger a raíz del curso de 1929/1930 aunque estos textos parecen abonar la idea de que la influencia fue anterior a la publicación de Ser y tiempo.
8. Una buena descripción de su biología aplicada a un animal concreto se halla en von Uexküll 1924: 297-331.
9. Debemos comprender que el mundo circundante es la unidad formada por el mundo de los estímulos y el mundo de las respuestas, aunque la unidad viviente básica está formada por el ser vivo junto e inseparablemente unido a su mundo circundante de tal forma que sin mundo circundante no hay viviente y sin viviente no hay mundo circundante. Tomando un símil de Ortega, viviente y mundo circundante son dii consentes.
10. Para que sea posible la lucha por la vida es condición necesaria, pero no suficiente, que los animales vivan en un espacio y en un tiempo común para todos los combatientes. Frente a ello, von Uexküll defiende un espacio y tiempo privilegiado y propio para cada animal, por lo que la lucha por la vida no es posible, pues falta la condición necesaria indicada.
11. El perspectivismo biológico es consecuencia de la diferente estructura de los receptores de los diversos animales. De acuerdo con su estructura, cada receptor capta distintas notas del mundo y con ellas construye su mundo circundante. Estas notas diferentes ofrecen a cada animal, a cada especie animal, su propia visión del mundo. En este sentido ya Nietzsche había dicho que el mundo del hombre y de los animales eran mundos diferentes. Ortega hablará de ello desde puntos de vista diferentes, en su teoría del perspectivismo. Es interesante –y quizás bien conocido– el ejemplo que Uexküll presenta (cfr. 1913: 51-52) de la ostra Jakobea Allí dice que para nosotros la estrella de mar carece de sabor y de olor, pero para la ostra Jakobea posee un olor muy intenso. La estrella de mar se compone para la ostra Jakobea de las siguientes notas: (1) movimiento; (2) una nota general química que dice el autor que no podemos examinar más detalladamente; y (3) la presión que presenta el contacto del equinodermo con los tentáculos de la ostra Jakobea. A ello debe añadirse el orden en que tales notas actúan sobre la ostra Jakobea. Al recibir tales notas que constituyen para la ostra la estrella de mar, su enemigo, se produce una corriente de excitación nerviosa que conduce a la contracción muscular y a la huida. Pero, además, dice, la estrella de mar se afecta por notas diferentes y en orden diferente frente a la ostra Jakobea.
12. La doctrina del hombre como perteneciente al mundo animal es muy antigua, ya se encuentra en Aristóteles. Sin embargo, el cristianismo, al postular que el hombre es imagen de Dios, lo eliminó de la escala zoológica. Descartes, al considerar a los animales simples autómatas sin mente, mantuvo dicha separación. Linneo, al realizar su sistemática, lo incluyó en el reino animal entre los primates y defendió su propuesta frente a los críticos, como el vitalista Gmelin, del que ya he hablado (Agamben 2010: 40-41). Posteriormente Darwin, en La descendencia del hombre (El origen del hombre, en España) trató de demostrar no solo que el hombre era un animal más, sino que era un producto evolutivo derivado de otros primates. La biología y la genética actual han puesto de manifiesto la continuidad del hombre y los primates superiores.
13. El hombre es visto como un viviente, como un organismo rodeado de su propia Umwelt: "Así cada hombre está rodeado de un mundo 'adecuado' a él, o acomodado a él, que llamamos su ‘mundo circundante’" (Uexküll 1913: 40).
14. El mundo circundante del hombre es más rico como consecuencia de su mayor desarrollo cerebral: De hecho solo los vivientes con un sistema central bien desarrollado, además de los esquemas de espacio y los esquemas de tiempo, poseen esquemas de forma. De esta manera, hay un mundo del hombre que es diferente del mundo del perro, pero ello implica que si el perro o el hombre poseen su mundo, también hay un mundo distinto para el caballo, la mosca o la araña. Ortega se hará eco de la existencia de tales mundos como veremos más tarde. Es interesante indicar que "el mundo circundante" también aparece en Popper cuando dice: "el sujeto de la adaptación, es decir, el organismo que se adapta determina su mundo circundante imprimiéndole sus propias condiciones subjetivas-formales" (Popper 1998: 144).
15. La inclusión del hombre entre los demás animales con su Umwelt pertenece a los estratos tardíos de la obra, posteriores a 1912.
16. Hay que recordar que, desde un punto de vista biológico, el autor que no era mecanicista debía ser considerado vitalista.
17. Una distinción de este tipo la hallamos en Ortega en su artículo de 1924 titulado "Ni vitalismo ni racionalismo", en Obras completas, III, págs 715-724.
18. Pintor Ramos (1961) caracteriza el vitalismo biológico indicando que es la doctrina que postula que el mundo de la vida es irreductible a las categorías fisicoquímicas, oponiéndose a la biología mecanicista y estableciendo que existe una diferencia cualitativa entre lo vivo y lo no vivo. Por otra parte, los vitalistas postulan una fuerza vital propia de los seres vivos, lo que implica que la vida posee una dinámica propia y, frecuentemente, guiada por una causalidad teleológica. Aceptado este principio vital, los diferentes autores discuten cual sea éste, así como su naturaleza y la duración de la acción. El vitalismo filosófico comprende aquellos sistemas en los que la vida es la realidad radical y a la que hay que referir el mundo humano en cualquiera de sus manifestaciones. La consideración de ello puede poseer distintas variaciones, entre las cuales destaca Pintor Ramos: (1) La vida puede ser entendida en sentido histórico-cultural, tal como hace Dilthey o Simmel. Como variante de esta posición, hay autores que entienden la "vida" en sentido espiritualista, tal como hace Fichte. (2) Hay autores que ven la vida como un proceso natural original e irreductible a las categorías del mundo inorgánico y reducen a ella todas las categorías del hombre que tradicionalmente se consideran supravitales, tal como el entendimiento, razón, etc. Esto sería el caso de Spengler. El autor incluye en esta categoría a Nietzsche por la voluntad de poder. Todos los filósofos que pueden caer bajo estas caracterizaciones ofrecen algunos rasgos comunes, tal como (i) anti- racionalismo: el vitalismo filosófico se presenta como antitético del racionalismo.
19. En este momento Scheler no establece diferencias, por lo menos a nivel biológico, entre los demás vivientes y el hombre. Posteriormente, y especialmente en El puesto del hombre en el cosmos, 1928, el hombre es separado de los demás animales, siendo esencialmente diferente aunque participa de algunos rasgos comunes con el animal.
20. Scheler utiliza el término "milieu", "medio", "contorno". Uexküll (1913) se queja de esta traducción de su término Umwelt e introduce entonces el "mundo de los estímulos" y el "mundo de las acciones".
21. Para Uexküll el Umwelt es el resultado de las notas percibidas por el viviente, es una construcción del viviente. Para Scheler lo que podemos percibir son solo los contenidos de la Umwelt. El matiz es importante.
22. Como quiera que discutiré la antropología de Plessner al hablar de la concepción del hombre y su relación con el mundo animal en Ortega, mi exposición, en este momento, del pensamiento de Plessner será muy escueta.
23. Esta posición no es exclusiva de Heidegger, ni siquiera es original. Ortega, Bergson y otros también han cuestionado esta definición.
24. Lo cual es mutatis mutandis lo afirmado por Uexküll (1913: 40).
25. Para una revisión de la influencia de Uexküll en Martín Heidegger, ver E. V. Muñoz Pérez (2015: 85-103).
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